viernes, 21 de agosto de 2009

Mi amigo, el de los chicles de menta

Hace un par de fines de semana, cuando esperaba un autobús nocturno en nuevos ministerios, un chico con rasgos latinos se sentó también.

Sólo se oía el ruido del tráfico de fondo. Pero el chico en cuestión empezó a hablar y me ofreción un chicle de menta. Yo se lo cogí gustosamente. Empezamos a hablar tranquilamente diciéndome que había estado en unas discotecas ahí en Nuevos Ministerios, latinas por supuesto.

¿Presentaciones? Un detalle sin importancia. Sabíamos que después de esa noche no nos íbamos a ver más.

Hablando con él averigué que cogía el mismo nocturno en cibeles que yo. El N14. Vivía un poco más abajo de mi casa. Así que tuve compañero de viaje por esa noche.

En Cibeles para coger el segundo nocturno de la noche, vimos el autobus a lo lejos. Y corrimos los dos para no perderlo. Atravesando un semáforo casi en rojo y otro que nos cortó el paso. Viendo ahora más de cerca el autobús y con ansias de llegar para no perderle y tener que esperar.

Ya en el autobús, se hizo corto el camino. En 20 minutos estaba en casa despidiéndome de mi amigo, el de los chicles de menta.

Suerte por ahí.

viernes, 7 de agosto de 2009

Sugestión emocional X

El otro día, esperando el autobús al salir de trabajar, varios pensamientos se me vinieron a la cabeza. Uno de ellos fue relacionado con una canción que os recomiendo escuchar. Os bañará de energía y buen rollo " ja sei namorar" de una unión de cantantes que se llamó Tribalistas. Y digo unión, porque no es un grupo como la gente suele creer. Fue más un "experimento" del que nació un disco fantástico de varios cantantes brasiñelos.

Bueno, el caso es que esa canción se la recomendé a una amiga hace tiempo y hace ya varias semanas me dijo que había estado de viaje por África. ¡ Guau! Pensé yo... Pues esa misma canción es la que me dijo que le animó durante su viaje por África.

Y a raiz de qué cuento esto. Gracias a mi recomendación, la canción viajó por parte del continente africano repartiendo energía a quien llegara a escucharla.

¿Es bonito no?