jueves, 30 de abril de 2009

Relato de Sicilia II

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Justo después de salir por la puerta del hostal, buscamos algún sitio para comer. Empezamos a andar y nos recorrimos bastantes calles, hasta que dimos con un sitio para comer unos tozos de pizza y un poco de focaccia. Lo suficiente para meter un poco de energía al cuerpo y poder seguir andando por las interminables calles ruinosas y ruidosas del casco antiguo de la ciudad. Donde los olores a comida y a suciedad se mezclaban, provocando un estallido de sensaciones.

Una vez llenado el estómago con álgo de comida y con bastante cansacio ya. Anduvimos durante unas cuantas horas por muchas partes del casco antiguo. En esta parte me falla un poco la memoria, pero si no estaba lloviendo ya, como si lo estuviera... Porque el tiempo nos acompañó durante el viaje. Nos persiguió la lluvia y no nos dejó ni un descanso. Pero con esa lluvia vimos otra cara de Sicilia. Una cara que no dejaba indiferente a nadie, entre gestos de cabreos por tener los pies y los bajos de los pantalones mojados y paisajes con niebla que parecían sacados de una película de intriga-terror. Al fondo parecía oírse incluso una banda sonora propia:

!Una tarantela!

http://www.youtube.com/watch?v=HLZJ4t0PUqY

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