Estoy en un vagón de metro. Muchas caras de indiferencia, tristeza, preocupación y concentración. No veo alegría. Lo único que rompe con la frialdad de este trayecto, son 3 chicas italianas que hablan y sonríen.
Yo me pregunto ¿dónde quedarían esas horas de metro con gente hablando y armando jaleo? Mis recuerdos son vagos, pero el ruido y el escándalo español se mantienen latentes en mi cabeza. Un ruido que demostraba la viveza de la cultura española.
Tanta viveza, que cuando viajabas a cualquier país extranjero y armabas algo de barullo, lo primero que seguro pasaba por la cabeza de la gente de ese país era: "mira, un grupo de españoles ¿Quién si no?".
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En estos días de crisis las personas lo sienten hasta en el ánimo, mas no se debe uno desanimar, aunque ello sea no fácil, y lo defícil sea estar animado, es ahí donde nace la fuerza de las pesonas, en situaciones difíciles.
ResponderEliminarSirio